Protecting the Coral by Anna Lovelace
- karenleehall
- Jul 28
- 6 min read
Updated: Sep 26
Just above the equator on the isthmus of Panama, lies a small country overflowing with natural wonders. What Costa Rica lacks in land mass it makes up for in variety, boasting 5% of the world’s biodiversity within its borders.
Along the edge of its coast, where ocean meets rainforest, one can find Manuel Antonio. Here the nonhuman organisms outnumber the locals and tourists combined. Toucans swoop from branches, howlers rumble deep within the trees, sloths pass overhead, and macaws blare welcome calls from high above. Alongside the coastline, olive ridley turtles find places to nest and humpback whales give birth to their young in the warm waters. Underneath the surface, the richness only enhances. White-tip sharks, rays, octopuses, reef fish, and nudibranchs call these marine-protected waters their home. At the base of the ecosystem, live the organisms that facilitate all this biodiversity, Coral Reefs.
Essential for Ocean Biodiversity
Making up less than 1% of the ocean’s floor, yet accountable for 25% of ocean biodiversity, coral reefs are the glue that binds together ecosystems, and not just those underwater. They help drive the fishing and tourism industries, providing the local community of Quepos and Manuel Antonio a means to survive. Similar to mangrove forests, coral reefs also protect the coastal towns from storm damage by absorbing wave energy. Yet, as functional and efficient as they are, corals struggle to cope with our changing environment. They too are finding it hard to survive in 2025.
For this very reason Katharine Evans and Georgia King founded the non-profit Marine Conservation Costa Rica (MCCR). These two British biologists met in foreign waters and bonded over scuba diving and a devotion to protecting the environment. As their friendship grew so did the ideas for community outreach projects like beach clean-ups and environmental education. In 2019, they organized a coral restoration pilot study, kickstarting MCCR’s journey of restoring Costa Rica’s coral reef colonies. At its core, the non-profit is designed to advocate for a healthier ocean through education and action. They offer reef restoration classes, coral internships, and marine educational courses.
Three Step Process
The coral reef restoration project focuses on a three-step process: Recovery, Growth, Outplanting. During their underwater dives, Kat and the team search for corals of opportunity, aka corals that have naturally broken free from the reef. Once collected, these corals are further fragmented using a diamond blade saw. Corals understand that through fragmenting, they can multiply their ability to regenerate. And this fragmentation induces a rapid regrowth phenomena. After the corals have been propagated and multiplied, they are fused to cement plugs where the growth is monitored and facilitated in the coral nurseries. Finally, when these young corals grow big and strong enough to face the waves and winds of the Pacific, they are replanted back into their colonies in the wild.
In merely six years of operation the coral restoration project has built 40 nurseries; replanted 3,000 corals on local reefs; and are on track to plant 1,000 more by the end of the year. Since their launch, they have also noted an increase in fish and invertebrate activity around their target reefs.
Small Changes for Big Impact
Through action and educational campaigns, MCCR encourages small lifestyle changes as we maneuver sustainable ways to interact with our environment. Simple changes could include minor behavioral shifts such as: reducing carbon footprint by carpooling or walking, using reef-friendly sunscreen and eco-friendly products, reducing landfill waste by avoiding purchasing single-use plastics, and becoming aware of how our small actions can affect the whole.
Although there is much work to be done, perhaps the corals can teach us about resiliency and regeneration. What is possible for our future when we recognize ourselves as a part of the food web rather than top of the food chain?
Find out more about Marine Conservation Costa Rica at: www.marineconservationcostarica.org
Through impactful marine education and proactive initiatives, we aim to protect and nurture our distinctive marine biodiversity, while also preserving and revitalizing crucial habitats.
Por Anna~Lovelace
Justo sobre la línea ecuatorial, en el istmo de Panamá, se encuentra un pequeño país repleto de maravillas naturales. Costa Rica compensa su escasez de superficie con su variedad, albergando el 5% de la biodiversidad mundial dentro de sus fronteras.
A lo largo de su costa, donde el océano se encuentra con la selva tropical, se encuentra Manuel Antonio. Aquí, la cantidad de organismos no humanos supera a la de lugareños y turistas juntos. Los tucanes se lanzan en picado desde las ramas, los aulladores retumban en las profundidades de los árboles, los perezosos sobrevuelan y las guacamayas emiten sus graznidos de bienvenida desde las alturas. A lo largo de la costa, las tortugas golfinas encuentran lugares para anidar y las ballenas jorobadas dan a luz a sus crías en las cálidas aguas. Bajo la superficie, la riqueza solo aumenta. Tiburones de puntas blancas, rayas, pulpos, peces de arrecife y nudibranquios habitan estas aguas marinas protegidas. En la base del ecosistema, viven los organismos que facilitan toda esta biodiversidad: los arrecifes de coral.
Constituyendo menos del 1% del lecho marino, pero responsables del 25% de la biodiversidad oceánica, los arrecifes de coral son el pegamento que une los ecosistemas, no solo los submarinos. Impulsan las industrias pesquera y turística, proporcionando a las comunidades locales de Quepos y Manuel Antonio un medio de supervivencia. Al igual que los manglares, los arrecifes de coral también protegen a los pueblos costeros de los daños causados por las tormentas al absorber la energía de las olas. Sin embargo, a pesar de su funcionalidad y eficiencia, los corales luchan por adaptarse a nuestro entorno cambiante. También les resultará difícil sobrevivir en 2025.
Por esta misma razón, Katharine Evans y Georgia King fundaron la organización sin fines de lucro Marine Conservation Costa Rica (MCCR). Estas dos biólogas británicas se conocieron en aguas extranjeras y unieron fuerzas a través del buceo y su devoción por la protección del medio ambiente. A medida que su amistad crecía, también lo hacían las ideas para proyectos de alcance comunitario, como la limpieza de playas y la educación ambiental. En 2019, organizaron un estudio piloto de restauración de corales, lo que dio inicio a la labor de MCCR en la restauración de las colonias de arrecifes de coral de Costa Rica. En esencia, esta organización sin fines de lucro busca promover un océano más saludable mediante la educación y la acción. Ofrecen clases de restauración de arrecifes, pasantías en corales y cursos de educación marina.
El proyecto de restauración de arrecifes de coral se centra en un proceso de tres pasos: recuperación, crecimiento y trasplante. Durante sus inmersiones, Kat y su equipo buscan corales de oportunidad, es decir, corales que se han separado naturalmente del arrecife. Una vez recolectados, estos corales se fragmentan aún más con una sierra de diamante. Los corales comprenden que, al fragmentarse, pueden multiplicar su capacidad de regeneración. Esta fragmentación induce un rápido recrecimiento. Una vez propagados y multiplicados, los corales se fusionan a tapones de cemento, donde se monitorea y facilita su crecimiento en los viveros. Finalmente, cuando estos corales jóvenes crecen y son lo suficientemente fuertes como para resistir las olas y los vientos del Pacífico, son replantados en sus colonias naturales.
En tan solo seis años de funcionamiento, el proyecto de restauración de corales ha construido 40 viveros; ha replantado 3000 corales en arrecifes locales; y está en camino de plantar 1000 más para finales de año. Desde su inicio, también han observado un aumento en la actividad de peces e invertebrados alrededor de los arrecifes objetivo.
A través de acciones y campañas educativas, MCCR fomenta pequeños cambios en el estilo de vida mientras buscamos maneras sostenibles de interactuar con nuestro entorno. Cambios sencillos podrían incluir pequeños cambios de comportamiento como: reducir la huella de carbono compartiendo el coche o caminando, usar protector solar respetuoso con los arrecifes y productos ecológicos, reducir los residuos en los vertederos evitando la compra de plásticos de un solo uso y ser conscientes de cómo nuestras pequeñas acciones pueden afectar al conjunto.
Aunque queda mucho trabajo por hacer, quizás los corales puedan enseñarnos sobre resiliencia y regeneración. ¿Qué posibilidades hay para nuestro futuro si nos reconocemos como parte de la red alimentaria, en lugar de estar en la cima de la cadena?
Descubre más sobre Conservación Marina Costa Rica en: www.marineconservationcostarica.org




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