LA PARCELA Restaurant & Cabins

Watch for the sign on the Highway

Costa Rica's jagged coastline offers the perfect setting for a jungle hideaway. Off the beaten track, perched on the point of Dominicalito, La Parcela's restaurant is a dining destination. It overlooks two bays, offering breathtaking ocean views from both angles. The vibe is nautical chic. All the tables are scenic but reservations are recommended for sunset. In the minutes before the sun sets, guests regularly leave their tables to walk to the promontory adjacent to watch the sun sink into the horizon directly in front of them.

Nature lovers will feel right at home. The menu features domestic and international fare highlighting fresh seafood, compliments of the small fishing boats in the distance. The poke bowls are spectacular with spiralized pickled veggies that are vibrant and zingy.

The ceviches are refreshing and the cocktails and power shakes from the bar are showstoppers. There are plenty of clean-eating, vegan and gluten free options. The generous portions of meat or pasta are sure to lull you into a heady state of bliss. Local favorites such as whole fried fish, arroz con pollo o camaron, yucca and patacones are undeniable staples as are the sandwiches, burgers and tacos.

We ordered the pork ribs with pineapple sauce which was superbly plated but the sauce on the bottom was soaked up by the potatoes rather than the meat. And the seafood platter was predominately deep fried. We finished with a classic chocolate cake and ice cream that was comforting and melty, a perfect wrap-up to a gorgeous experience.

Overall, the food has plenty of range, the flavors are nice, and the dishes well presented. The staff is youthful and friendly, dressed casually but neatly. Their genuine smiles add to the charm and the welcoming ambiance. Sometimes a troop of monkeys will

parade through, maybe around happy hour, a reminder that

nature is the main event.

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La escarpada costa de Costa Rica ofrece elentorno perfecto para un refugio en la selva. Retirado de los caminos trillados, encaramado en la punta de Dominicalito, el restaurante La Parcela es un destino gastronómico excepcional. Con panoramas de dos bahías y espectacular vistas al mar que cortan la respiración. Desde ambos ángulos, se aprecia un estilo naval ‘chic’. Todas las mesas tienen vistas panorámicas, pero se recomienda reservar para el atardecer. Minutos antes de la puesta del sol, los comensales suelen abandonar sus mesas para caminar hasta el promontorio adyacente y contemplar cómo el sol se esconde en el horizonte.

Los amantes de la naturaleza se sentirán como en casa. El menú ofrece cocina nacional e internacional, con mariscos frescos como protagonistas, gracias a las pangas y los botes pesqueros que se ven a lo lejos. Los poke bowls son espectaculares, con verduras encurtidas en espiral, vibrantes y con una pizca de acidez.

Los ceviches son refrescantes y los cócteles y batidos energéticos del bar son espectaculares. Hay muchas opciones saludables, veganas y sin gluten. Las generosas porciones de carne o pasta te dejarán como la perra del cura. Platos locales como el pescado frito entero, el arroz con pollo o con camarón, con su impresindible yuca y patacones, como los sándwiches, las hamburguesas y los tacos.

Pedimos las costillas de cerdo con salsa de piña, que estaban exquisitamente presentadas, pero la salsa del fondo la absorbieron las patatas en lugar de la carne. Y la mariscada estaba principalmente frita. Terminamos con un clásico pastel de chocolate y helado, reconfortante y fundente, el broche de oro perfecto para una experiencia maravillosa.

En general, la comida es muy variada, los sabores son agradables y los platos están bien presentados. El personal es joven y amable, con ropa informal pero elegante. Sus sonrisas sinceras contribuyen al encanto y al ambiente acogedor. A veces, una tropa de monos desfila, quizás alrededor de la ‘happy hour’, un recordatorio de que la naturaleza es lo principal.