Llegamos tarde a la fiesta...

Listos Para Celebrar

Por Anne-Marie Mascaro

Costa Rica es un país que parece funcionar a su propio ritmo relajado. Es un lugar donde "mañana" es la palabra para mañana, pero podría tardar más, y "Pura Vida" es más que un simple lema, es una forma de vida. El famoso espíritu nacional despreocupado tiene raíces más profundas que las playas, los volcanes y las frutas tropicales. De hecho, la actitud relajada de Costa Rica puede remontarse a su propia independencia, cuya noticia llegó con un retraso considerable.

Retrocedamos a 1821. En ese momento, Centroamérica aún estaba bajo el dominio español, pero el imperio se desmoronaba rápidamente. España estaba debilitada por las guerras napoleónicas, las revueltas internas y una creciente ola de movimientos independentistas que ya se extendían por Latinoamérica, desde Argentina hasta México. La administración colonial, con sede en Ciudad de Guatemala, luchaba por controlar unas provincias cada vez más inquietas y ansiosas por el cambio.

Costa Rica, aunque técnicamente formaba parte de la Capitanía General de Guatemala, ya era algo atípico. Principalmente agrícola, tanto cultural como económicamente, Costa Rica era la provincia más aislada. No había grandes ciudades coloniales, ni puertos importantes, ni una presencia militar significativa. Ciudades como Cartago, San José, Heredia y Alajuela parecían más aldeas agrícolas apacibles que bastiones revolucionarios. La mayoría de sus habitantes eran agricultores pacíficos, dedicados al cultivo de cacao, tabaco, caña de azúcar, maíz, y el café apenas comenzaba a afianzarse.

Entonces llegó el 15 de septiembre de 1821, cuando las provincias de la Capitanía General: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, declararon su independencia de España. La noticia fue recibida con desfiles, discursos y, probablemente, una buena dosis de ron, de celebración. Centroamérica, desde Chiapas hasta Panamá, era técnicamente libre.

Excepto que... Costa Rica no recibió la noticia en el momento.

En aquel entonces, las noticias debían viajar por mensajeros a caballo, abriéndose camino hacia el sur a través de escarpadas montañas, entre lluvias tropicales, senderos lodosos y una espesa selva tropical. La remota geografía de Costa Rica y la prolongada negligencia de las autoridades españolas significaron que el país siempre había estado aislado del núcleo colonial. ¡Y ahora, incluso la noticia de su independencia se retrasaba!

No fue hasta octubre que los costarricenses finalmente supieron que ya no estaban bajo el dominio español. ¿La reacción? Discreta. No hubo disturbios, ni quemas de banderas, ni discursos encendidos. La mayoría de la gente simplemente continuó con su vida cotidiana, cultivando, comerciando y debatiendo con indiferencia si aliarse con México como estado de la República Federal Centroamericana o formar su propia república.

De hecho, el verdadero conflicto político no era con España, sino dentro de Costa Rica. La ciudad de Cartago, un bastión conservador, favorecía la anexión al recién independizado Imperio Mexicano bajo el mando de Agustín de Iturbide. Pero los pueblos más liberales de San José, Heredia y Alajuela se inclinaban por los ideales republicanos y la independencia. Las tensiones crecieron, pero comparada con las sangrientas guerras de independencia libradas en ese momento en Latinoamérica, la experiencia de Costa Rica fue… relajada.

Hoy en día, ese ritmo lento pero constante aún define gran parte de la vida costarricense. El servicio postal es un poco más confiable que antes, pero el "Tiempo Tico" sigue siendo un elemento cultural fundamental. Las citas empiezan tarde y no esperes respuesta a un correo electrónico; mejor pasa por allí si quieres charlar.

¿Y no es apropiado? Mientras que otras naciones celebran su independencia con historias de revolución, guerra y héroes

Llegamos tarde a la fiesta nacionales, la historia de Costa Rica es más bien: "¡Oh, resulta que somos independientes! ¡Genial!".

Esa actitud les ha jugado a su favor. Sin ejército permanente desde 1948, con una de las poblaciones más felices del mundo y un paisaje repleto de biodiversidad, Costa Rica demuestra que con calma y constancia se puede ganar la carrera. Cuando una vez le pregunté a un amigo por qué creía que los costarricenses eran tan felices, simplemente dijo: "La ausencia de guerra".

Así que, la próxima vez que pienses que algo que esperas está tardando demasiado, sonríe. Este es un país que esperó semanas para descubrir que era libre... y le gustó así.

¡Pura Vida!, sin duda.

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Anne-Marie Mascaro es escritora independiente y fundadora de Monkeyfriendly.com, una organización sin fines de lucro 501(c)(3) que conecta a científicos y no científicos para colaborar en proyectos de vida silvestre. Lanzó una iniciativa educativa que lleva educación sobre la vida silvestre a las escuelas locales de Costa Rica. *** ¿Quieres que tu escuela participe? Correo electrónico: info@monkeyfriendly.com ***